martes, 11 de febrero de 2014

Opciones virtuales para la terapia autista



Daniel utiliza la tableta para aprender destrezas mentales. Julio Estrella / EL COMERCIO
Con cada respuesta correcta de las sumas y las restas se dibujan líneas en la pantalla de la tableta. El objetivo es formar una figura, descubrir el personaje y como recompensa pintarlo.

 Daniel tiene asperger, un trastorno del desarrollo cerebral caracterizado por deficiencias en la interacción social y coordinación motora. Como complemento de su terapia utiliza aplicaciones móviles instaladas en la tableta y programas digitales. Este tipo de terapias para los niños con diversos niveles de autismo se centran en la exploración del área social, comunicativa, cognitiva, motora y hábitos de autonomía. Y dentro de esto los centros utilizan la tecnología como una actividad complementaria. 

Precisamente, el programa Angelito permite a los niños trabajar en diferentes temas, como espacialidad, lenguaje y matemática. Además hay sitios web que permiten a los terapeutas bajar las tareas, plasmarlas en un papel para que los niños las realicen. Por ejemplo, LeoTeayuda es un libro y software que apoya y mejora el proceso de evaluación y enseñanza de emociones y habilidades sociales en niños con necesidades educativas especiales, sobre todo con trastornos del espectro autista. 

Sin embargo, estos programas y 'apps' no pueden sustituir el aprendizaje de los niños. Milenna Villegas, terapista del lenguaje y directora del Centro Voces de Quito, señala que cada vez que una persona está expuesta a una aplicación virtual debe estar supervisada por un especialista ya que tienden a ser obsesivas porque no controlan el tiempo. "Hay aplicaciones móviles que no son aptas, porque contienen violencia y los niños con asperger tienden a imitar todo lo que ven", indica Villegas. Las personas con autismo cuentan con buenas aptitudes matemáticas, tecnológicas, musicales artísticas y habilidades de concentración. Además, tienen competencias visuales fuertes, un talento para dedicarse a tareas repetitivas sin perder la concentración, capacidad para entender y recordar reglas, patrones y conceptos concretos, memoria a largo plazo, adhesión a las normas y honestidad, según Specialisterne. Daniel utiliza en su casa el Traductor de Google, porque le gustan los idiomas. Linda Campoverde es su madre y comenta que su hijo se propuso aprender japonés por eso cada vez que quiere conocer la escritura de una palabra ingresa a este programa y luego anota en su cuaderno todo lo que aprende. Villegas recomienda que los niños deben estar expuestos a estos equipos aproximadamente 30 minutos. "Lo ideal es colocar un reloj visual frente al niño con el objetivo de que aprenda a respetar las reglas y el tiempo". La idea es no pasarse de ese tiempo, pues tienden a una sobredependencia. A Daniel, por ejemplo, se le permite usar solo media hora su tableta. Luego recrean el juego en un papel.

Fuente: http://www.elcomercio.com/tecnologia/autismo-salud-terapia-tecnologia-cerebro_0_1081691888.html

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