martes, 1 de abril de 2014

Sindrome de Down: Tratamiento Nutriconal


El SD y otros síndromes que tienen efecto en personas con necesidades especiales, han tenido un importante auge en los últimos años. Esto se ha visto principalmente en el acceso de estos individuos a todos los espacios de la sociedad. Como una vertiente de este auge, la atención nutricional ha ido adquiriendo importancia en todo el mundo, sin embargo, la información y la atención específica para este síndrome todavía tiene poca difusión en el ámbito científico. Muestra de ello, la poca literatura disponible.
En Costa Rica, recientemente se ha realizado una investigación que sirvió para determinar el estad nutricional de niños y niñas con el síndrome (Madrigal, 2008). Dicho estudio reflejó que los niños y las niñas presentan sobrepeso, tienen un bajo nivel de actividad física, tienen un perfil lipídico alterado no asociado al SD y las manifestaciones clínicas del síndrome no afectaban su estado nutricional. Este estudio es un insumo para el desarrollo de un protocolo de atención nutricional del niño y la niña con SD en años próximos.

Definición

El síndrome de Down (SD) es conocido también como trisomía 21 y es uno de los síndromes genéticos más comunes. Tiene expresiones físicas variables, sin embargo, los defectos cardiacos congénitos, la mieloplasia transitoria del recien nacido y la artresia duodenal son altamente específicas para este desorden genético (Saenz, 1999). En el apartado de diagnóstico y el Cuadro 1 se muestran los signos físicos más comunes para el SD.

Tratamiento nutricional

El tratamiento nutricional de los infantes con Síndrome de Down tiene como objetivo principal asegurar una ingesta de nutrientes adecuada para permitir que se alcance el máximo potencial de crecimiento y habilidades motoras de alimentación (Quesada & Villalobos, 2002).
La evaluación nutricional debe incluir integralmente todos los aspectos que pudieran influir en el estado nutricional de la persona:
  • Dietética: ingesta calórica y de nutrientes según estadio del crecimiento, textura y consistencia de la dieta en comparación con las habilidades para la alimentación del niño o la niña y los alimentos consumidos. Se debe prestar especial atención a la ingesta de líquidos, ya que algunos individuos podrían no ser capaces de expresar la sed.
  • Fármacos: por lo general, los fármacos anticomiciales suelen afectar los niveles de ácido fólico, calcio, fósforo, vitamina C, zinc, magnesio y las vitaminas B6, B12 y D.
  • Bioquímica: se debe contar con todos los valores de laboratorio de rutina en el centro de salud y especialmente con la evaluación de los nutrientes anteriormente mencionados
  • Actividad motora: todos los comportamientos y actividades físicas que puedan afectar el peso del infante.
  • Clínica: se deben evaluar todas las patologías y/o comorbilidades que presente el o la paciente.
Al igual que el tratamiento médico, el tratamiento nutricional debe estar orientado a las necesidades particulares del individuo, ya que no todos presentan los mismos signos clínicos. Se debe tomar en cuenta, aparte de las manifestaciones clínicas del SD, el entorno familiar del paciente, su estado de desarrollo y el acceso y la disponibilidad de alimentos en su familia, así como el grado de atención que recibe de parte de esta. Se considera ideal que la atención del paciente se dé en un espacio multidisciplinario.
Es importante señalar que no existe evidencia de que los suplementos dietéticos mejoren la función cognitiva (Salman, 2002), pero sí es recomendable considerar la suplementación, debido a los efectos secundarios de los fármacos anticomiciales. En esta misma línea, ni los antioxidantes ni los suplementos de ácido folínico mejoran el desarrollo de los niños con SD (Ellis et al, 2008).
Fuente: http://www.nutristein.com/content/node/39

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