miércoles, 22 de enero de 2014

¿Realmente hay una epidemia de autismo? La prevalencia a examen

Es obvio que en los últimos años se ha dado un gran incremento en los diagnósticos de Autismo. También es obvio que los modelos diagnósticos se han perfeccionado mucho y que cada vez se diagnostica antes. También la calidad del diagnóstico impacta, de tal forma que los diagnósticos erróneos son cada vez menores. Y también es cierto que sigue existiendo una gran diferencia entre prevalencia antes y después de los 5 a 6 años de edad. Siguen dándose falsos positivos. Se estima que la prevalencia media mundial ronda 1 por cada 175 niños, aunque los datos por país pueden variar sustancialmente en función de la metodología empleada para llevar a cabo las mediciones.

A principio de los 2000, se especuló que el aumento de la prevalencia era provocado por el tiomersal de las vacunas, esto afortunadamente ya se ha descartado, aunque siguen existiendo movimientos que aun piensan que la culpa es de las vacunas. Quizá debieran saber que en Suecia y Dinamarca el tiomersal fue eliminado de las vacunas pediátricas a finales de los 90(1) y a pesar de este hecho la prevalencia no ha disminuido en los últimos 15 años, tienen más información sobre este particular en un artículo de Alexis Rebolledo en la revista El Mostrador.
Pero veamos en profundidad qué datos sobre prevalencia aparecen en diferentes países para ver si realmente estamos ante una epidemia o realmente es que el diagnóstico ahora es mejor. No olvidemos que entre el acervo popular existe la creencia de que algunos niños sencillamente se desarrollan de forma tardía, la típica frase de “ya hablará”, esto nos viene a afirmar que socialmente existe una creencia sobre este particular, que en parte podría explicar una parte de esos falsos positivos. También hay que tener en cuenta que aquellas personas que están en la zona más leve de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) nunca tuvieron un diagnóstico de nada, salvo la etiqueta social de “raros”. De igual forma, hasta no hace demasiado el autismo solo se identificaba con casos más severos, y generalmente con un diagnóstico tardío. A su vez, la inexistencia de planes de intervención temprana o el gran desconocimiento sobre qué había que hacer ante un caso de autismo, generaban casos mucho más graves que en la actualidad, donde estos planes de atención unidos al conocimiento actual han hecho que se haya pasado de considerar que el 80% de las personas con autismo tenían discapacidad intelectual a un 20 a 25% en la actualidad. Cifra que por cierto sigue bajando. Al aumento de la prevalencia por tanto hay que añadir el cambio en la línea de corte, es decir, el criterio por el cual la persona entra o no dentro de un TEA, al haber cambiado esta línea de corte muchas más personas entran en este diagnóstico, por tanto, la prevalencia también aumenta.
Este cambio en la línea de corte podemos observarlo en el estudio Sueco(2) basado en niños de 2 años de edad. La prevalencia en este grupo de edad en Gotemburgo -Suecia- mostró un aumento dramático: de 0,04% en el año 2000, a 0,18% en 2005 y un gran salto a 0,80% en 2010 (1 cada 125). Este aumento coincide con un plan de detección temprana, que ha hecho que se detecten más casos a edad temprana, 2 años en este caso.
En otro estudio sueco(3) se analizaron los datos hasta los 17 años de edad de la provincia de Estocolmo, con una población total de 444.154 personas. Los resultados del estudio fijan la prevalencia general de TEA en 2007 de 11,5 por 1.000 (11.2 a 11.8), que van desde 6,5 por 1.000 en niños de 4-6 años a 14,6 por 1.000 entre los años 13 a 17 años. Es decir, mucho menor en niños que adolescentes. Se asocia este dato tan bajo en niños pequeños a un retraso en cerrar el diagnóstico.
Un estudio Británico publicado en octubre del 2013(4) la prevalencia del autismo entre los niños de 8 años de edad, se mantuvo relativamente estable de 2004 a 2010 en el Reino Unido tras un aumento (5 veces más) entre 1996 y 2003. En el nuevo estudio, los investigadores encontraron que entre los 8 años de edad, aproximadamente el 0,38 por ciento de los varones (1 por cada 285 aproximadamente) y el 0,08 por ciento de las niñas tienen un diagnóstico de autismo. Laincidencia anual -la tasa de nuevos casos- también se mantuvo estable en un 0,12 por ciento de los varones y el 0,02 por ciento de las niñas. Es curiosa la baja prevalencia que este estudio arroja, ya que en comparación con un estudio de 2006 en la región sur del Támesis del Reino Unido informó de una prevalencia del 1,1 por ciento en niños de 9 y 10 años de edad, y un estudio de 2009 en el condado de Cambridgeshire encontró una prevalencia de 1,57 por ciento en los niños de 5 a 9 años(5,6). Es decir, el modelo de cálculo crea importantes variaciones en los datos sobre prevalencia.uk-autism-prev
Durante el pasado III Congreso de Autismo de Monterrey (México), Manuel Esquer Sumuano, del Instituto Tecnológico de Sonora, presento el informe preliminar sobre prevalencia de Trastornos del Espectro del Autismo en el Sur del Estado de Sonora, que arrojó una cifra de 1 de cada 162. Basado en un grupo de edad de 3 a 13 años, donde se excluyó el Síndrome de Rett(7). Es importante destacar que se diseñaron y desarrollaron nueva herramientas para la detección.
Este mes de diciembre se publicó en la revista Anales de Pediatría un estudio de estimación de prevalencia de Trastornos del Espectro del Autismo en Canarias(8).El estudio se centró en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria, y se basó en 1.796 niños (50% varones, 50% féminas) con edades comprendidas entre los 18 y los 36 meses que participan en el Programa de Salud Infantil de la Comunidad Autónoma de Canarias, el resultado fue una prevalencia de TEA del 0,61% ( 1 de cada 164), aunque el resultado de este trabajo presenta una novedad y es que la ratio por sexo es 6 niñas por cada 5 niños, muy diferente de la aportada por estudios previos que informaban de más niños que niñas. Según afirman los autores “Esto puede ser debido al tamaño de la muestra que debemos ampliar en estudios posteriores para confirmar este resultado”. Estos datos que coinciden con los obtenidos por Ricardo Canal y colaboradores(9) de que uno de cada 156 niños (0,64%) presenta TEA (uno de cada 108 en el estudio 1 y uno de cada 300 en el estudio 2). Dentro de poco se publicará un nuevo trabajo del equipo de Ricardo Canal sobre el programa de cribado y en ese articulo se dan datos de frecuencia para niños menores de 30 meses, aquí un adelanto: niños con diagnóstico de autismo 3/1.000. Frecuencia de casos con autismo o con trastornos comunicativo y social detectados antes de los 30 meses 5/1.000.
En Gipuzkoa se llevó a cabo el estudio aTEA (2012) con la colaboración de la Fundación Dr. Carlos Elósegui de Policlínica Gipuzkoa, realizado con la participación de los equipos de pediatría de Osakidetza y patrocinado por la Diputación Foral y la Obra Social de Kutxa, donde se investigaron a 1012 niños guipuzcoanos que acudían al pediatra para visitas rutinarias de salud, hallándose una frecuencia de Síndrome de Asperger de 1 por cada 670 niños de 4 a 6 años, y con una prevalencia estimada para TEA de 1 de cada 250.
Quizá el lector se pregunté por qué no incluimos el estudio del CDC en el que hablan de 1 de cada 88 o el de Corea del Sur donde estimaron la prevalencia en un 2,65% de la población infantil. Sencillamente por una cuestión de metodología. Es decir, el modelo que se usó para llegar a los citados resultados. En conversaciones con algunos de los responsables del CDC en el pasado IMFAR, ellos mismos afirmaron que era una cifra difícil de defender, entendiendo que la prevalencia media real se acerca más a la de 1 por cada 175 aproximadamente. Dato que coincide más con el resto de estudios que se han llevado a cabo a nivel internacional.
En resumen, podemos ver que la horquilla de la prevalencia varía entre la de 1 de cada 125 a la más baja de 1 de cada 250. Evidentemente las metodologías empleadas, hacen variar considerablemente los resultados tal y como hemos podido ver. En lo relativo al verdadero aumento de la prevalencia de los Trastornos del Espectro del Autismo, podemos evidenciar que en los últimos años ésta se ha estancado, es decir, no sigue aumentando. A su vez, trabajos como los de Bearman pusieron en claro que un 53% del aumento de casos se explicaba por sí solo con una mejor calidad diagnóstica. Si los estudios siguen confirmando este estancamiento en la prevalencia de los TEA podremos afirmar que no existe por tanto ninguna epidemia, que es lo que todo parece indicar. Al igual que ha sucedido con otros trastornos y enfermedades que recientemente han adquirido relevancia social y mediática y por supuesto también se les ha tildado de epidemia. Es importante que no nos dejemos llevar por titulares sensacionalistas que pueden no corresponder a la realidad. Esto no es óbice para que no entendamos que los Trastornos del Espectro del Autismo deben tener una importante consideración desde el punto de vista de la investigación, de la salud, de la educación, de los derechos y del bienestar, a la luz de los datos es innegable que la cantidad de personas que entran dentro de los TEA es elevada, y por supuesto con toda la gran variabilidad del espectro en su conjunto, pero también siendo conscientes de que una intervención temprana, una adecuada atención y formación a las familias y sobre todo, una conciencia social son básicos para que el futuro de las personas con TEA esté debidamente considerado a todos los niveles.
Fuente:http://autismodiario.org/2013/12/28/realmente-hay-una-epidemia-de-autismo-la-prevalencia-examen/

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